Un relato dramático y cautivador del primer intento de ascensión del Everest, cuya publicación coincide con el centenario de aquella épica expedición de 1922 Aunque sigue siendo, sin lugar a dudas, la montaña más famosa del mundo, a lo largo de los últimos años la reputación del Everest ha cambiado de forma radical. Actualmente, la masificación de su ascensión, con largas colas de escaladores en la Pared del Lhotse, las escabrosas historias de cadáveres congelados o los montones de basura que se acumulan a gran altitud en la montaña, no hablan a su favor. Pero las cosas no han sido siempre así. Hubo un tiempo en que el Everest era un lugar remoto, inaccesible y misterioso, que sólo los hombres más audaces y heroicos se atrevieron a pisar.