Una «mística de ojos abiertos» (J. B. Metz): es la necesidad que, de muchas maneras y con múltiples nombres, emerge cada vez más en nuestra era. Tal mística se confronta con lo cotidiano y mira de frente a la realidad, sabe experimentar a Dios incluso en medio de las diferencias de opinión y de los inevitables conflictos, consigue conjugar la búsqueda y sed de Dios con la construcción de la paz y de la fraternidad. Los artículos de este nuevo volumen de «Ekklesia» intentan explorar las características y dimensiones, raíces y repercusiones de una tal mística, que el papa Francisco ha definido recientemente como «mística del nosotros». Según él, solo así será posible «plasmar un rostro nuevo de la ciudad» y llegar a «una civilización global de la alianza».