La historia de los judíos en la Península Ibérica figura entre las páginas más gloriosas de la coexistencia y el florecimiento cultural de la Edad Media. En 1492 los sefardíes se dispersan por el Mediterráneo. La mayoría se instala en tierras del Islam. Como los asquenazíes, los sefardíes han debido afrontar los grandes desafíos de la historia judía de los últimos siglos. Diezmados por el genocidio, han sufrido el desarraigo de los tiempos modernos, pero conservando la memoria de su antigua grandeza.