Decir que El Robinson suizo era uno de los libros favoritos de Jules Verne, a quien incluso inspiró para escribir una continuación titulada Segunda patria, es la mejor carta de presentación para cualquier novela de aventuras. La obra narra las aventuras de una familia suiza que naufraga en una isla desierta y, tras someter, gracias a sus grandes conocimientos prácticos, este entorno tan paradisíaco como peligroso, aprende a vivir en armonía con la naturaleza. Reverendo de profesión, J. D. Wyss acudió al marco del relato de aventuras para «enseñar deleitando » a sus propios hijos, que podían identificarse en los cuatro hijos del protagonista de la historia. El resultado es un libro de aventuras en el que las numerosísimas peripecias de los personajes son presentadas como una serie de lecciones de historia natural y de ciencias físicas, como si de una entretenida enciclopedia juvenil se tratase. Mientras exploran la isla y sus riquezas, los nuevos robinsones entrarán en contacto con animales y plantas de toda especie, y tendrán oportunidad de experimentar un extraordinario repertorio de prácticas de supervive