´No hace falta valor para presentarse como protestante´. Con estas palabras comienza esta valiente obra: la culminación de una relevante crítica de David Wells al panorama evangélico. Este libro es una lamentación al estilo de Jeremías contra las ´nuevas´ versiones del mundo evangélico empresarios y emergentes- y un llamado a regresar a la fe histórica, definida por las solas de la Reforma y por una alta estima a la doctrina. Wells defiende que el movimiento evangélico histórico y clásico está marcado por la seriedad doctrinal, en oposición a los nuevos movimientos de la iglesia empresarial y la iglesia emergente. Se enfrenta enérgicamente a las comunidades con una visión de empresa y a su tendencia a intentar captar fieles como si fueran consumidores en vez de adoradores, vendiéndoles un entorno apetecible en vez de confiar en que la verdad sea atractiva. ´El valor de ser protestante´ es un argumento contundente del valor de ser fiel a lo que siempre ha significado el cristianismo en su forma bíblica, asegurando así la esperanza para la iglesia del futuro.