Como bien escribe el propio autor en la coda que cierra este libro de poemas, celebra en sus versos la vida, la música y el placer que supone admirar la armonía y la belleza que la naturaleza despliega ante nosotros a diario. Dice «son piel estas palabras y estos versos y es piel mía, lector, tu voz callada». Pleno de sutiliza y de esencialidad, La piel profunda, se deshace en luz verso tras verso, dejando en el lector su huella: la sensación real de abrazar la armonía, la sencillez o la belleza. Es un libro luminoso en el sentido más cálido y esclarecedor de la palabra.«Un poeta no es una luminaria ni porta antorcha alguna, es, a lo sumo, una ventana cuyo mérito reside sólo en eso, en ser ventana que no estorba a la luz». Así, con el deseo de ser la ventana que une nuestro ser con la luz, Sebastián Mondéjar recibe a los lectores en este poemario cuya lectura nos devuelve a un autor excepcional.