Cantar en un coro o en grupo es una de las actividades humanas más placenteras y enriquecedoras que existen. De hecho, mis inicios en el mundo de la música, como el de tantos, fueron en el coro escolar durante mi primera infancia. Los maestros de música tienen en sus manos el despertar el amor a la música en sus aulas y detectar aquellos talentos que hay que ayudar a crecer para que se puedan convertir en el futuro cultural del país. La experiencia coral no sólo enriquece musicalmente sino que favorece otra serie de actitudes necesarias para la vida como son: el respeto, la cooperación, la lealtad, la atención, la cohesión, la memoria, la concentración, las habilidades sociales, el trabajo en equipo, entre otras muchas.