Jiménez y Villanueva se enfrentan al caso más difícil de su accidentada carrera detectivesca. Rancios y modernos están organizados por igual, y amenazan con una guerra abierta. El grupo KTR (“Kill the rancios”) amenaza con una acción jamás pensada. Todo apunta a la aldea de El Rocío, donde se ha corrido la voz de que hay una extraña criatura que le hace cosas terribles a aquellos que aún llevan ambientadores en forma de pino en el retrovisor, o a esos otros que toman carajillo en vez de frapuccino. Jiménez tendrá que hacer el papel de su vida como infiltrado. Pocos en la brigada saben realmente a qué tipo de bestia se están enfrentando...