En "El sentido del círculo la vida" y el mundo se dan las manos para confluir en un círculo que carece de sentido. Así, a lo largo de un intrincado laberinto de páginas los personajes entrecruzan sus caminos una y otra vez hasta formar un entramado de situaciones, relaciones y conexiones en las que todo confabula para hacer realidad lo absurdo y para hacer de lo absurdo una realidad. Y es que en un universo rebosante de manzanas podridas y ovejas negras no hay mayor lucidez que la propia de un loco ni mayor sensatez que la de la falta de sentido.