Jean Dézert es un individuo melancólico que podría estar emparentado con el mismísimo Bartleby. Aquejado de una falta atroz de imaginación, se aburre mortalmente. Y ya empieza a resignarse a su propia mediocridad cuando, un domingo, como para intentar distraerse, decide seguir los consejos de los folletos publicitarios que le entregan por la calle: toma un baño caliente con masaje, se corta el pelo en un «lavatorio racional», almuerza en un restaurante vegetariano antialcohólico y finaliza la jornada asistiendo a una conferencia sobre salud sexual amenizada con una velada musical. Es entonces cuando aparece la pizpireta y alocada Elvire Barrochet, que le aborda en pleno Jardin des Plantes para hacerle la vida imposible. Los domingos de Jean Dézert es un libro de un candor y una elegancia atemporales, que podría haber escrito el propio Georges Perec. Un tesoro procedente del corazón mismo de la más alocada y excéntrica Belle Époque.