Las narraciones que Mitford seleccionó -tomadas de relatos de transmisión oral- son una excelente muestra de la literatura tradicional japonesa en donde, además de la limpieza de la exposición y la amenidad casi cinematográfica de las historias, destaca el profundo sentido de la dignidad y piedad humanas bajo una capa de dulce crueldad. Además del puñado de relatos dramáticos, el autor añadió una colección de deliciosos cuentos infantiles e historias de fantasmas, junto a una pequeña muestra de admirables sermones morales, que, acompañados de las anécdotas que el autor cuenta del Japón de la época, hacen que este libro ofrezca un muy completo panorama del espíritu tradicional del antiguo Imperio del Sol Naciente.