En un pequeño museo de Múnich se encuentra la fotografía de un hombre con el aspecto de un oficinista benevolente y miope. Pero lleva una gorra con visera, y en ella se puede ver la insignia de la calavera de las SS. El hombre es Heinrich Himmler y éste es el escalofriante relato de cómo esta controvertida figura logró una posición tan destacada en el Tercer Reich de Adolf Hitler. A finales de la Segunda Guerra Mundial, Himmler era el jefe de la policía de las SS y de la Gestapo, así como el director de los servicios de espionaje y ministro de la guerra a todos los efectos. También tenía a su cargo los campos de concentración del Este y controlaba una amplia red industrial de trabajo esclavo. En resumen, estaba a la cabeza de todo el imperio de la muerte. Enfrentado con unas pruebas tan inexorables de brutalidad y de desprecio por la vida humana, Peter Padfield indaga en este libro tanto la aberrante psicología de Himmler, como el funcionamiento de la cúpula nazi. Sus conclusiones son tan convincentes como reveladoras porque, por encima de todo esta obra trata del abuso absoluto del poder absoluto.