Pocos autores han alcanzado la talla moral e intelectual del profesor Said, cuya figura crece con el paso del tiempo. Respetado incluso por sus detractores, en este libro (seis magistrales conferencias del ciclo Reith, que inició, en 1948, Bertrand Russell) se analiza la importancia de la visión ética y la lucha contra la arbitrariedad del poder por parte de los intelectuales en nuestro tiempo. Said parte de la idea clásica del intelectual como francotirador, perturbador del status quo, un desmitifi cador obligado a la soledad del juicio ante el empuje de los medios de comunicación que moldean la opinión pública mundial. El intelectual, sostiene el profesor Said, deberá ser el encargado de descubrir esta manipulación. Encuadrados dentro de la sociedad de consumo, los intelectualesson vulnerables a la presión del poder y caen, en numerosas ocasiones, en la banalidad y la falta de sentido crítico. Frente a la cómoda complicidad, la principal misión del intelectual consistirá, a ojos de Edward W. Said -un pensador comprometido con su tiempo-, en defender la independencia de criterio. Esta posición, cuando es real, les llevará a vivir como marginados o, en el peor de loscasos -la propia vivencia de Said-, como exiliados.