Querido Dios:Tengo la imperante necesidad de que hagas de emisario y envíes estas cartas a mi padrino. Como sé que él no va a volver y todos dicen que tú sí existes, puede que aún quepa una mínima esperanza de que le lleguen mis últimas palabras... palabras que nunca tuve el valor de decirle mientras él vivía, y que abrazan toda una vida... Una vida que giró siempre entorno a preguntas como: ¿Por qué mis padres biológicos me abandonaron? ¿Por qué no me quisieron? ¿Qué pasó para que fuera a vivir a un orfanato? ¿Qué hago en este mundo? ¿Cuál es el sentido de la vida, de mi vida?Este es mi regalo: todos esos sentimientos y retazos de lo soy y que nunca tuve el coraje de mostrar a la persona que más admiraba de este planeta.¿Puedo contar contigo para esta misión?La música de esta historia comienza en la pérdida, al final de una vida, entre copos de nieve y bajo un cielo que nunca se olvida.Pd: Hazme un último favor, dile que le estoy profundamente agradecida, porque él me enseñó que al amar de verdad recuerdas el infinito. Gracias de antemano por tu ayuda y íah! A ti también te amo profundamente, del mismo modo en que amo a la persona que está leyendo este libro.Atentamente: tu hija