Una historia que arranca en la Sevilla previa a la Guerra Civil y que encierra una reivindicación sobre los símbolos sociales y culturales arrebatados por la hipocresía de los apellidos. Una novela sobre la memoria, el miedo y el desarraigo, y sobre el silencio y la alegría que los viejos adoquines del barrio de la Macarena esconden, como una paradoja de la misma Sevilla, la que llora y ríe en el mismo semblante. Un ajuste de cuentas con el destino que el tiempo y la vida se encargará de poner en su sitio, una historia sobre aquellas vidas que se viven según lo impuesto, no en lo deseado, como la de Violeta, aquella sevillana a la que enamoraron los garbanzos que le tiraban desde el mostrador de aquella tienda de comestibles donde empezó todo. Donde terminó todo.