Este libro trata, de una forma ordenada y desde una perspectiva amplia, la cuestión del modelo de español que se puede llevar a la enseñanza de la lengua española. Y se hace teniendo en cuenta: que los profesores hispanohablantes pueden tener orígenes geolingüísticos y sociolingüísticos muy diversos, que los alumnos pueden necesitar aprender español para fines muy diferentes y que los alumnos van a poder utilizar el español que han aprendido en distintas regiones hispánicas y en diferentes situaciones sociales. Como punto de partida, se acepta que la lengua española, como lengua natural, es esencialmente variable y que presenta una multiplicidad de manifestaciones susceptibles de ser llevadas a la enseñanza. Asimismo se acepta el principio de la unidad fundamental del español, que permite que cualquier profesor de español bien formado, utilice la variedad geolectal que utilice, pueda realizar su trabajo sin dificultad alguna en cualquier rincón del planeta. Unidad y diversidad, hoy por hoy, son hechos incontestables en relación con la lengua española. La obra plantea preguntas como éstas: ¿cómo es el español en cuanto a su diversidad? ¿cómo se distribuyen las variedades de una lengua? ¿en qué consisten las principales variedades del español? ¿por qué es tan importante contar con un modelo de lengua en la enseñanza? ¿quién decide lo que es correcto o incorrecto en el uso del español? ¿qué tipo de español conviene enseñar en cada situación? En este libro se aborda la caracterización de la unidad y la diversidad del español: se comentan los rasgos generales del español de hoy, así como de sus variedades geográficas y sociales más destacadas. Una vez caracterizada la lengua, se pasa a tratar la necesidad de un modelo de enseñanza - aprendizaje. Finalmente, se hacen algunas reflexiones sobre posibles modelos de lengua para la enseñanza del español.