La predicción de Kiga se cumple y ante Asa se muestra el demonio que encarna uno de los miedos primigenios: ¡el demonio de la caída! Su cruel poder, que consiste en revivir los traumas más profundos de sus víctimas, provoca que Asa desconfíe de Yoru. Mientras tanto, los humanos que caen al infierno acaban en el estómago de los demoniacos comensales que allí habitan