Aunque han pasado más de setecientos años, los gondoleros de Venecia todavía cantan a día de hoy la Canzone di Marina. Habla de Marina, la hija del Dux de Venecia que terminó sus días como pirata. Habla de la terrible maldición que pesa sobre la ciudad de los canales. Habla del fin inminente y definitivo de un lugar que puso sus cimientos tanto en la madera de los pilotes como sobre sus propias leyendas.