Imagina... Que el mundo que te rodea no se moviera. Que el murmullo del viento y el repiqueteo de la lluvia se repitieran inexorablemente en su monótono devenir... Que reinara un silencio soberano que os convirtiera en invisibles... Así es mi universo. Un mundo en el que la nana del tiempo ha cesado de sonar. Un mundo inanimado, privado de color, donde los espíritus y las almas perdidas encuentran por fin la paz... en sus mausoleos solemnes e intemporales... Tengo 13 años. Elisabeth es mi nombre. Mi pelo es blanco como la vida. Si el corazón os lo pide, podéis encontrarme. Pero para hacerlo, tendréis que morir.