El Principito y Zorro llegan a un hermoso planeta: los árboles son altos, el paisaje está cubierto por una espesa alfombra de hierba y lo recorren ríos y cascadas... sin embargo, sus habitantes suspiran tristemente: tienen todo lo que pueden necesitar, pero no saben contarse historias, no pueden sentir la alegría de los sueños y la fantasía. El Principito tiene una idea para que se sientan capaces de hacerlo.