Cuando el Romanticismo europeo volvió los ojos hacia las costumbres populares y sacó del fondo de los siglos la conciencia de los pueblos, Rosalía de Castro se sumó en su primer libro, "Cantares gallegos," a esa corriente para convertir la alborada poética de un pueblo en el inicio oficial del rexurdimento. Sin el triunfo decisivo de este libro sería impensable el triunfo posterior de la literatura gallega.