En este libro provocador, Harry G. Frankfurt presenta una respuesta convincente a quienes creen que el objetivo de la justicia social debería ser la igualdad. El autor afirma que nuestro objetivo debe ser que todo el mundo posea los recursos suficientes para vivir una vida digna. Si nos esforzamos para que todos tengamos lo suficiente, reduciremos la desigualdad como efecto secundario. En tanto gran desafío a las arraigadas creencias tanto de la izquierda como de la derecha política, este ensayo promete un impacto profundo en uno de los mayores debates de nuestro tiempo.