El teatro de Lope de Vega supone una síntesis de lo culto y lo popular. Lope escribía pensando siempre en llevar la obra al escenario, tenía en cuenta que estaba creando un espectáculo y no solo un texto literario. Introducía «música» y «canciones» que daban color a sus obras y atraían al público, que incluso podía corearlas. Para «El Caballero de Olmedo», Lope se inspira en una canción popular que en 1620 era conocida y cantada por el público: «Que de noche le mataron / al caballero, / la gala de Medina, / la flor de Olmedo». Los espectadores ya conocían el final de la obra, la muerte del héroe. Lope supo hacer el resto: crear la expectación por conocer la historia de ese famoso caballero, que fue la gala de Medina, la flor de Olmedo.