El Espíritu Santo es el Consolador, la fuerza de lo alto que acude en auxilio de nuestra flaqueza. Puede orientar y guiar, gracias a los movimientos que imprime en cada alma. Aprender a reconocerlos y a recibirlos nos ayudará a progresar en la vida cristiana, y a responder a la llamada a la santidad que Dios nos dirige a todos. ¿Cómo dejar que el Espíritu Santo nos asista y nos guíe? ¿Cómo abrirnos lo más posible a su acción, que ilumina nuestra inteligencia y fortalece nuestro corazón? El propósito de este libro, accesible y concreto, es el de mostrarnos las condiciones prácticas que permiten esa docilidad a la acción del Espíritu Santo. Jacques Philippe es miembro de la Comunidad de las Béatitudes. En su seno ha asumido importantes responsabilidades (consejo general, responsable de los sacerdotes y los seminaristas, responsable de la formación de los pastores). Ordenado sacerdote en 1985, predica retiros en Francia y en el extranjero.