Esta no es una biografía ni una novela al uso, tiene un poco de ambas y, a la vez, algo distinto. Es un relato íntimo narrado en primera persona y escrito, con un lenguaje fresco y jovial, desde la perspectiva de quien vivió sus primeros años junto a quien ella llamaba «abuelita» y a quien nosotros conocemos como Madre Alberta Giménez Adrover: su nieta Pilar. Realidad y ficción se entremezclan para conformar un retrato lo más fiel posible de quien es la verdadera protagonista e inspiradora de esta historia: la Madre Alberta, una mujer que llegó a ser esposa, madre y viuda, y más tarde religiosa y fundadora, concretamente de las Religiosas de la Pureza de María.