Centrado en el tema del silencio, Ignacio Larrañaga presenta la figura de María de una forma convincente y fiel a las fuentes del Evangelio. La obra, convertida ya en un clásico de la espiritualidad del siglo XX, se divide en cuatro sugerentes capítulos donde se traza una verdadera semblanza espiritual de la Madre del Salvador. La prosa de Larrañaga hace vibrar al lector que queda cautivado por el argumento y la forma de presentarlo.