Sobre el hecho de que amar es como leer un libro erótico que en nuestras manos constantemente se transforma. Sobre la absoluta imposibilidad de describir con certeza el fuego desde el fuego. Essaouira o Mogador, ciudad marina, amura¡llada y laberíntica, ciudad de deslumbrante belleza, deseable, deseante y nunca de verdad poseída, metáfora de la búsqueda amo¡rosa y a la vez de la mujer amada. ¿Pero de verdad existe Mogador o, como aseguran algunos, es el nombre de una mujer descrita como un puerto? ¿Por qué dicen que ella siempre seduce pero nunca se la posee completamente? El deseo se dibuja en Mogador con cinco colores o cinco elementos: aire, agua, tierra, fuego y la quintaesencia, el asombro. Los cinco libros que forman el Quinteto de Mogador -Nueve veces el asombro, Los nombres del aire, En los labios del agua, Los jardines secretos de Mogador y La mano del fuego-, reunidos por primera vez en un solo volumen, construyen un microcosmos en cuyo centro late la búsqueda del amor y, a la vez, de la mujer amada. «Aire devorado por el agua que absorbe la tierra y sus jardines, que consume ávidamente el fuego. Vista en su conjunto y con asombro, piensa ella recorriendo con la mirada los círculos espirales del Quinteto de Mogador, esta habitación de azulejos y caligrafía que hemos construido es como una máquina para ayudarnos a vivir y pensar el deseo. Un lugar donde mil y una historias, revelaciones e ideas, desde hace más de veinte años se nos entretejen. Y uno puede deambular entre los círculos y las piezas con enorme desenvoltura. El gusto de leer a saltos y a ratos, mirar al azar, escuchar por placer lo que nos plazca de todo lo que nos ofrecen.»Alberto Ruy Sánchez