Emmett Till, un chico negro de 14 años, tomó un tren en 1955 desde su hogar en Chicago para visitar a su familia en Money, Mississippi. Unas semanas más tarde su cuerpo sin vida regresaba a casa, asesinado por el color de su piel y, supuestamente, por haber silbado a una mujer blanca. Dos hombres blancos fueron juzgados y absueltos. El asesinato de Emmett Till y la negativa de su madre a permitir que su historia fuera olvidada convirtieron a este joven en un símbolo de las luchas por los derechos civiles en EE. UU. pero, rara vez, se menciona un giro oscuro y significativo en la leyenda de Till: Louis Till, el padre de Emmett, soldado durante la Segunda Guerra Mundial y ejecutado por el ejército estadounidense en Italia por violación y asesinato. En 1955, Emmett Till y John Edgar Wideman tenían ambos catorce años. Wideman vio una horrible fotografía de la cara maltratada de Emmett muerto y décadas más tarde, al descubrir que Louis Till había sido sometido a un consejo de guerra y ahorcado, se vio obligado a investigar los destinos trágicamente entrelazados de padre e hijo. Wideman, uno de los grandes escritores de la herencia y memoria histórica afroamericana en Estados Unidos, ganador dos veces del premio Pen Faulkner entre otros, amalgamando la biografía, la ficción y la autobiografía, investiga los trágicos destinos de Emmett Till y su padre, dos muertes separadas en el tiempo pero marcadas por el mismo crimen: ser afroamericano. Este es un escrito esencial sobre el racismo.