«Y lo que tengo que decir es algo que realmente no tiene que ver con el artista o el arte;es la mujer la que tiene que hablar». Anaïs Nin Pocos textos exploran la vida sentimental de una mujer con tanto detalle y franqueza como los de Anaïs Nin. En ellos se abordan abiertamente los aspectos físicos y psicológicos de una escritora que siempre buscó actuar con plena libertad e independencia. En Incesto (1932-1934), donde aparecen por primera vez todos los fragmentos omitidos en las anteriores ediciones de la obra, destaca la decisiva transgresión que supuso el incesto con su padre, y que subyace en la mente de una mujer en apariencia tan libre de ataduras y prejuicios. En Fuego (1934-1937), Nin prosigue el apasionante relato de su vida. Esta vez la acción transcurre entre París y Nueva York, y aborda sus ya conocidas relaciones con Henry Miller y el psicoanalista Otto Rank, además de sus encuentros con figuras como Rafael Alberti o Alejo Carpentier. Este libro reúne en un solo volumen Incesto y Fuego, los diarios amorosos no censurados de una de las voces más singulares del siglo XX.