Desde hace muchos años se ha defendido que en una sociedad en cambio, la cultura es el horizonte colectivo de la moral y, por ende, el único contexto donde la ética tiene cabida. En ese nuevo horizonte, progresivamente plural y globalizado, el intelectual adoctrinado y la política no deben tener en absoluto un protagonismo exclusivo en la toma de decisiones, y menos todavía en la valoración de contenidos de cara a la gestión pública del conocimiento. Las cuestiones éticas deben dar entrada al debate, al conocimiento y la reflexión profunda;de lo contrario pueden convertirse en una catástrofe de resultados imprevisibles. El presente texto, que no es un libro sobre ética sino un libro donde se opina sobre ética, se recoge un conjunto variado de opiniones de profesores, gente de empresa y catedráticos sobre el modo de actuar de las organizaciones o los problemas derivados de los comportamientos morales de las personas.