El libro presenta una serie de retos entre los que destaca la necesidad de repensar y adaptar la orientación y el asesoramiento psicopedagógico a las nuevas realidades personales, educativas y sociales;la concreción de un modelo de intervención realmente colaborativo y coparticipado que favorezca compartir responsabilidades y objetivos desde las dinámicas de centro y de zona educativa;el papel de asesores y orientadores en los procesos de innovación y mejora de prácticas educativas claramente inclusivas;y la formación inicial y continua centrada en cómo resolver situaciones problemáticas a través del diálogo asesor.