Esta obra se compone de veinticuatro poemas, divididos en dos vertientes. Una de ellas, denominada Malvivir, está dedicada a la experiencia del desamor;mientras que Firma al desamparo se adentra en la semana posterior a la muerte del padre, explorando los rincones del duelo. Ambas son incursiones literarias en las que se profundiza en la experiencia del dolor generada por dos acontecimientos personales en el transcurso de un mismo año.