Este libro consta de dos apartados: poemas y textos. El apartado de poemas incluye cincuenta composiciones de estilo libre, mientras que el apartado de texto consta de veinte escritos. Al final se añaden dos páginas en blanco en las que se invita al lector a escribir un texto poético sobre aquello que le surja, intentando hacer al mismo sentirse partícipe de la obra. Este poemario no trata de ser extenso, sino más bien todo lo contrario. Se trata de una lectura amena, que será tan amplia como el lector quiera que sea. Los poemas y los textos se orientan a la reflexión del lector y serán esas pausas reflexivas, que inspiran cada poema y cada texto, las que delimiten la verdadera extensión de dicha obra. En resumen, lo que se busca con este libro es que el lector se vea reflejado, comprendido y, de esta forma, se ofrezca cada vez más a abrir las puertas de sus sentimientos y emociones al pasar de las páginas. Este libro no solo quiere, sino que pide ser leído más de una vez para desentrañar cada pieza literaria y, a su vez, que el lector desgaje cada pieza de su ser, comprendiéndose aún mejor.
