Una crónica apasionante de la dictadura más longeva de Europa, cuyo asombroso final no tiene un ápice de ficción. Durante cuarenta años, Portugal y su inmenso imperio colonial fueron dirigidos por António Salazar, un hombre lleno de contradicciones. Este brillante ensayo recorre las peculiaridades del Estado Novo, desde los años treinta con Hitler, Franco y Mussolini, hasta el final de sus días en los años setenta, marcados por un episodio, tan fascinante como patético, a partir del golpe que el dictador recibió en la cabeza en una visita al callista. Al quedar impedido, se orquestó a su alrededor una impresionante puesta en escena con el fin de ocultarle que ya no era él quien gobernaba. Esta incluía reuniones de gabinete simuladas, visitas de Estado falsas y, sobre todo, un sistema de medios de comunicación hecho a medida para Salazar, con entrevistas en radio y televisión y ejemplares de su diario favorito solo para él. Exseminarista y creador de un sutil sistema de represión, Salazar se libró de la Segunda Guerra Mundial cediendo bases a los Aliados en las Azores y vendiendo material a los nazis. Se dedicó a construir duras penitenciarías en islas remotas y en antiguas fortalezas medievales, y convirtió Lisboa en una ciudad llena de espías. Dirigió durante décadas un inmenso imperio colonial que se extendía desde Guinea hasta Mozambique, hasta que su gobierno corporativista y autoritario fue derrocado por la Revolución de los Claveles, que trajo consigo la vuelta de Portugal a Europa.