La lúcida tendencia de Diego Sabiote ?escribe Alfonso López Quintás en el prólogo? a integrar, y no sólo sumar o amontonar, cuanto hay en cielo y tierra lo poetiza todo porque lo hace de verdad transparente, pues todo resplandece a una misma luz, sea el trino del canario, sea el apacible amanecer, el niño y su inocencia confiada, el rumor inmortal de las olas que no cesan, un corazón limpio y generoso. Una actitud de respeto admirativo hacia toda la creación irradian sus versos, y los eleva a esa alta cota humana donde reinan la belleza y la paz. Esa paz profunda y valiosa que cantó Goethe en un verso inmortal: «Auf allen Gipfel ist Ruh!», en todas las cumbres hay calma. Y «toda la claridad de la primera mañana del mundo» (poema «Transparencia»).