"Estas son las memorias que escribió Ilse, mi madre adoptiva. Las redactó en alemán y yo hice la traducción al español. Traté de mantener su palabra simple, de mujer niña e inocente, a la que solo le permitieron recibir cuatro años de educación básica en las décadas que vivió prisionera de la secta. Ilse luchó hasta los últimos meses de su vida para que se hiciera justicia. Para que algún día se cerraran los portones de Colonia Dignidad. El macabro lugar donde niños, mujeres y hombres, alemanes, chilenos y de muchas otras nacionalidades fueron martirizados por Schäfer y los jerarcas de la secta."