Construida sobre la fusión de culturas diversas, Europa ha ido elaborando, a partir de la Edad Media, una identidad alimentaria y gastronómica extremadamente rica y multiforme. De hecho, parte integrante de la cultura son los modelos alimentarios y gastronómicos, elemento decisivo en la formación de identidades colectivas. Pero la identidad se basa en el intercambio y se transforma con el tiempo. Desde una dimensión cada vez más universal y renacentista de la cocina, a la formación de tradiciones locales bien definidas, hasta el hibridismo de la cocina moderna, las gastronomía ha expresado su propia fuerza creativa e innovadora a través de la lengua y la literatura. Apelando a estos argumentos e incitaciones, el congreso internacional Propter magnare creatus. Lengua, literatura y gastronomía entre Italia y la peninsula Ibérica, cuyas ponencias y comunicaciones recoge este volumen, se propuso trazar el vínculo existente en el transcurso de los siglos entre gastronomía, lengua y literatura, y su contribución a la construcción de la cultura europea común y compartida, pero preservando la especifidad de cada territorio.