Un libro sobre algunos abismos del mal entre los que ha transcurrido y aún transcurre nuestra existencia, tejido con las confesiones que algunos destacados administradores del mal, de arrogantes centuriones con máxima capacidad de decisión a subalternos amedrentados y policías disciplinados, vertieron en entrevistas con un periodista al que sabían enemigo. En sus capítulos se refleja el horror de los delitos de lesa humanidad cometidos en escenarios políticos tan distintos como las tiranías del Cono Sur de América, la barbarie yanqui en Vietnam, las luchas políticas de América Central o los crímenes de llamada guerra contra el terrorismo. Una llamada de atención para contar una realidad sobre la que estamos obligados a no pasar página: traicionar la memoria de las víctimas es traicionarnos a nosotros mismos.