Exótica, dotada de espectaculares playas en islas remotas en las cálidas aguas del Índico por el sur y de hermosos parajes de montaña en el norte, Tailandia añade a su belleza natural un importante patrimonio cultural que se plasma en las ruinas de un buen número de pagodas budistas y templos hinduistas medievales y en el propio modo de vida de su población. Los tailandeses, además, con su actitud amable y relajada -fruto de la filosofía budista que impregna cada rincón del antiguo reino de Siam- contribuyen a que el viaje por su país sea una gozada. "La tierra de la sonrisa" no es en esta ocasión otro tópico publicitario, sino una realidad palpable. Tailandia es uno de los países más avanzados de Asia y, por ello, ofrece unas facilidades para el viaje que no se dan en otros destinos del Sureste Asiático. Los alojamientos son muy correctos y los hay de todos los rangos;los restaurantes, buenísimos;las carreteras y vías férreas permiten rápidos desplazamientos en cómodos trenes y autobuses, y tiendas, agencias de viaje o casi cualquier tipo de negocio parecen funcionar las 24 horas del día.