Una versión original y brillante del cuento de hadas.Rosalinda es la niña perfecta hasta que su padre descubre que no le gustan los guisantes.Según el médico, se trata de un caso agudo de princesitis y tiene que irse a vivir a un palacioinmediatamente. Pero ¿es realmente tan fabulosa la vida de una princesa cuando hayque comer todos los días repollo y hay tantos discursos que memorizar?Un cuento genial para todas las princesas (y príncipes) que detestan las verduras.