Ciprian es un artista que ha crecido en Rumania justo antes de la caída del Muro. En su juventud ingresa fortuitamente en el mundo del arte y luego en el de las becas y residencias artísticas de Europa occidental. Por entonces conoce a Pavlov, quien predica el abandono de todas las convenciones del artista contemporáneo, llevando a Ciprian a alejarse del mundo de las residencias y becas para instalarse en París. Lo que sigue es un hilarante cuestionamiento acerca del estatuto del artista contemporáneo que se debate entre alimentar su ego o romper con los moldes que impone el sistema del arte.