¿Qué posibilidades hay para un hijo de inmigrantes ilegales nigerianos en Atenas de convertirse en doble MVP con apenas veinticinco años? El relato vital de Anteto es único, como el propio jugador: un físico nunca visto y una agilidad sorprendente. Tan contundente bajo la canasta como la epopeya que le llevó de la miseria y la calle a firmar el mayor contrato de la historia de la NBA.