Decido ergo sum, es la mejor expresión que respalda el presente estudio, teorético-cognitivo, sobre la decisión humana. La capacidad deliberativa de decidir será en esta vertiente el acto existencial que define al ser humano como un sujeto atento, inteligente, reflexivo, afectivo y responsable en su unicidad entitativa como en su particularidad antropológica integral. De ahí que es el ser humano el sujeto agente de la deliberada decisión por antonomasia y, al mismo tiempo, es el ser que se descubre invariablemente sujeto a sus propias decisiones. En el explícito proceso cognitivo de autoapropiación del sujeto humano es donde la deliberada decisión encuentra su genuina orientación y su específico dinamismo. Desde el articulado pensamiento del filósofo y teólogo Bernard Lonergan (1904-1984), este estudio propone una sólida plausibilidad de afrontar la cuestión de la deliberada decisión humana y, además, su central incidencia en el ámbito de la experiencia religiosa. En este sentido, la deliberada decisión humana de creer en Dios interpela la reflexión, sobre todo, de la teología fundamental al plantearse con seriedad ¿qué sucede en el sujeto humano cuando decide creer en el Dios que se ha revelado en Cristo , ¿qué responsabilidades asume el sujeto humano cuando decide vivir como cristiano Estas páginas, en definitiva, conducen a confirmar que el sujeto humano existe decidiendo y decidiendo orienta toda su existencia hacia aquello que vislumbra como verdadero, bueno y bello.