La obra presenta un estudio estilístico comparado de Caras viejas y vino nuevo (1975), la primera novela del escritor chicano Alejandro Morales, y de sus traducciones al inglés existentes, la primeraa cargo de Max Martínez (1981) y la segunda a cargo de Francisco A. Lomelí (1998). El análisis de las diferentes técnicas empleadas por los dos traductores ha sido el punto de partida para ahondar enlas motivaciones que llevaron a la retraducción y reflexionar sobre el papel que el texto de Lomelí ha desempeñado en dar a conocer una obra tan controvertida como Caras. El camino ya trazado por Martínez, de facilitar la accesibilidad de una obra indigesta , culmina con la traducción de 1998, que a través de vías creativas ya no diluye ni soluciona las asperezas del texto, sino que le brinda allector los recursos para un descubrimiento autónomo. El texto de Lomelí marca un hito en la larga trayectoria de recuperación de Caras, que desde entonces se ha ido ganando un lugar cada vez más destacado en la literatura chicana, gracias al interés que ha despertado y sigue despertando incluso más allá de los Estados Unidos. E