Gustave Flaubert (1821-1880) acometió la escritura de Salambó (1862) con el firme propósito de «extirparse» de la contemporaneidad después de escribir Madame Bovary y experimentar todos los trastornos y contratiempos que el escándalo que supuso su publicación llevó aparejados. Situada en Cartago, la novela narra, en un escenario que recrea con asombroso detalle los esplendores y miserias de la Antigüedad, las peripecias de su heroína, hija del caudillo Amílcar, así como su historia de amor con el apuesto Matho. El fasto y la crueldad del ese mundo remoto, el fragor de las luchas, la angustia de los asedios, las tornas que se vuelven, el vigor de sus personajes, hacen sin duda de esta novela una de las diez mejores nunca escritas dentro del género histórico.