Si tuviéramos que definir este libro en una frase podríamos decir que es una guía de viajes a ese mundo donde aún sucedían cosas que quedaban al margen de la decisión, los deseos y las necesidades del poder. Sin embargo, en este trayecto, no existe un punto único de destino, sino que las localizaciones recorren el planeta entero, partiendo de Saigón, pasando por París, Chicago, Praga, Ciudad de México o Moscú y acabando en Londres, Newark, Berlín, Islamabad o Pekín. No se trata de un recurso estético, como el que se utiliza en las películas de espías, para dar energía a la trama, velocidad a las páginas, diversidad a los escenarios donde leemos a los protagonistas, sino de una necesidad histórica que expresa un fenómeno político: en el año 1968 la revolución no ocurrió en un solo lugar, en un solo territorio, sino que sucedió en todas partes (Daniel Bernabé).