Este libro solo responde al placer de convertir en palabra la pintura: procurar del disfrute de la contemplación del cuadro, o de su goce, un placer o goce del lenguaje. No se trata tanto de un deseo de saber -explciar o significar la imagen- como de un gusto por decir el enigma, y si ello fuese posible, instalarse felizmente en él, o al menos rondarlo. Por eso es un album. Y se caracteriza por su aausencia de estructura. Forma un conjunto facticio de elementos cuyo orden, presencia o ausencia son del todo arbitrarios.