Los relatos que conforman Anatomía del desastre aunque dispares e, incluso algunos de ellos, disparatados están unidos por la incisión, por la descarnadura que supone habitar el presente: el entorno que nos codifica, el momento histórico que nos penetra y nuestro ser interior consciente e inconsciente (personal, colectivo y cósmico). Una disección literaria que divide en partes a los personajes con el fin de examinar su estructura y sus alteraciones. Aunque en el libro abunden las historias escritas desde la autoficción, la metaliteratura esté muy presente e, incluso, aparezcan personas reconocibles, los relatos de Anatomía del desastre pretenden alcanzar el más allá de un sentido común, desde el humor, la reflexión, lo onírico, la ironía, lo poético y el prosaísmo de la actualidad.