La poesía de Belina Fernández, cual escorpión, parece retar a sus propios orígenes y al hermetismo, la originalidad y el sentimentalismo de su paisano García Lorca. Cada verso de Belina Fernández es como un embarazo que llega a buen puerto y un aborto al mismo tiempo. Es notable la sencillez y la atmósfera propia con la que se explican experiencias que permiten a los lectores habitar dicho instante. Esta es una obra que pueden disfrutar a lo grande y con la que podrán incomodar a los que no huyen de su condición.