Esta es una novela autobiográfica que comienza en una sala de montaje. La habitación permanece en penumbra, excepto por el monitor donde se va componiendo la cinta, una pantalla que, más que iluminar,solidifica las sombras. A medida que cada retal va encontrando su secuencia, comprendemos que la autora no tiene intención de confesarse, sino que trata de dibujar una boca sobre la superficie de susmiedos para darles la palabra.